Un gran Barça, una noche cruel
POR LA ESCUADRA
El mejor Barça de la temporada, por encima de sus victoriosas actuaciones frente al Real Madrid y el Bayern, sufrió una de esas derrotas que duelen en el alma. El gigantesco Sorloth, que ingresó en el segundo tiempo y se hizo notar en cada una de sus intervenciones, marcó en el último instante del partido, gol que coloca al Atlético de Madrid en el liderato al paso por el meridiano de la Liga. Pesará el dato como un yunque sobre el Barça, cuyo balance en los últimos partidos es aterrador –5 puntos de los 21 en juego–, pero su despliegue fue impresionante en todos los aspectos. No se puede jugar mejor y recibir una puñalada más profunda a cambio.
Olmo y De Paul )
Los números cantan la impecable estadística del Atlético. Ha ganado 12 partidos consecutivos, registro que obliga a adjudicarle una de las tres candidaturas al título. Es un equipo que siempre se propone como campeón cuando encabeza la primera mitad del campeonato. De lo contrario, amarra el puesto en la Liga de Campeones y se acabó. Dos veces ganador del campeonato nacional en los últimos 10 años, pretende mantener un perfil bajo. Simeone detesta la condición de favorito, aunque debería de revisar su carta astral esta temporada. La victoria del Atlético en Montjuïc sólo se explica porque en esta Liga tiene alineadas todas las estrellas.
No se puede jugar mejor y recibir una puñalada más profunda a cambio
Una versión veloz, creativa y enérgica del Barça no consiguió doblar la rodilla del Atlético, en su papel más simeonista. Remató tres veces, marcó dos goles y exigió a Peña una formidable intervención. Lo demás correspondió a un estricto ejercicio de resistencia. Catenaccio solía llamarse a ese modelo de juego, aunque la presión, la intensidad y las ideas del Barça le obligaron a adoptar una posición tan extremista. El Barça le aplastó en la primera y en la segunda parte, exigió varias intervenciones a Oblak, algunas de gran categoría, se encontró con el larguero en una delicada vaselina de Raphinha y desaprovechó el memorable partido de Pedri.
El Barça impresionó en el primer tiempo por su agresividad, precisión y constancia, alrededor de su joven línea de centrocampistas, integrada por Casadó, Pedri, Gavi y Fermín. Difícil resolver con tanta finura situaciones que venían empujadas por el vértigo, tanto para atacar como para defender. Y en el centro de la oleada, Pedri. Castigado por las lesiones en las dos últimas temporadas se llegó a pensar en un jugador en regresión, lejos del altísimo techo que marcó en su primera temporada. Irrumpió como una estrella y, por las razones que fueran, su fulgor se desvaneció poco a poco. Pedri no sólo ha regresado. Ahora supera el rendimiento de sus mejores días en el Barça. El Atlético no encontró la manera de detenerle. Jugador de todo el campo, infatigable en el esfuerzo, exquisito en todas sus decisiones, brillante para solucionar las situaciones más complejas del partido, Pedri marcó el gol que adelantó al Barça y pareció lo más natural del mundo. En el sobresaliente esfuerzo de todo el equipo, el jugador canario estuvo por encima de todos los demás.
Nada se le puede reprochar a un equipo que buscó la victoria con tanta pasión como creatividad. El Barça encerró al Atlético en su área, donde el equipo de Simeone se encuentra más cómodo que cualquier otro, pero no tanto como para admitir el mal trago que pasó durante todo el partido. Lo ganó porque el fútbol es misterioso. Castigó el partidazo de un equipo que se vació en busca de la victoria y premió al que especuló hasta la saciedad.